COLLAR NACAR 60CM

NÁCAR

Esta piedra actúa como un equilibrio en la vida misma representando la intuición. También, se considera una de las piedras representantes de la feminidad. Provoca un aumento a la tolerancia, reduciendo el estrés, la ansiedad y promoviendo la responsabilidad en nuestras acciones.

Debido a su origen marino, se dice que aumenta la circulación del agua a través del cuerpo. También, estimula y protege nuestro sistema digestivo.

USO DE LOS CRISTALES

• Meditá con tus piedras. Podés sostener el cristal en tu mano o apoyarlo sobre el chakra a trabajar.
• Relajá tus vibraciones y dejá que los cristales sintonicen con tu energía.
• Llevá cristales cerca tuyo, puede ser en la cartera o en un bolsillo.
• Distribuí los cristales armónicamente por tu casa.
• Acompañá tus rituales con los cristales que creas más apropiados para ese momento.

CÓMO LIMPIAR LOS CRISTALES

Al ser transmutadores de energía, captan y absorben lo que nos rodea, tanto lo positivo como lo negativo. Por eso, así como nos cuidan, protegen y trabajan sobre nosotros, es importante cuidarlos y limpiarlos también. Estas son algunas formas de hacerlo:

• En tierra: apoyarlos sobre la tierra (jardín o en una maceta) permite que descarguen la energía absorbida y los devuelve a su estado inicial. Si son muy delicados, se pueden colocar en alguna bolsita de tela.
• En agua: Podes colocarlos en un cuenco de vidrio o de cerámica con agua (y si querés, sal), dejalos todo un día y después enjuagalos. OJO que hay cristales que no se pueden mojar (los que son porosos o están engarzados)
• Aire: Sahumarlos es una gran manera de limpiarlos. Pasalos uno por uno por el humo de un sahumo o las hierbas que tengas en tu sahumador, y visualizá cómo se van limpiando de las energías absorbidas.

La frecuencia de la limpieza es una decisión personal, va a depender del uso o el trabajo que les demos. Al sumar un nuevo cristal a su colección, acuerdense de limpiarlo antes de usarlo.

Una vez limpios, debemos activarlos e INTENCIONARLOS. ¿Cómo lo hacemos?

Sujetá el cristal con tu mano receptiva (con la que no escribis), cerrá los ojos y reflexioná sobre su intención y en lo que necesitas que te asista ESE cristal. ¡LISTO!